La escuela es un escenario clave para la transmisión del patrimonio cultural. En el corazón de las aulas, las y los estudiantes no solo aprenden sobre su entorno, sino que también conectan con las tradiciones y la identidad de sus territorios. Junto a especialistas de esta temática y a docentes, reflexionamos sobre cómo el patrimonio, en su constante transformación, se convierte en una herramienta poderosa para los procesos educativos, promoviendo un sentido profundo de pertenencia.
Los establecimientos educativos son un lugar propicio para realizar diversas manifestaciones culturales, artísticas e identitarias. Entonces, ¿será que todo lo que se lleva a cabo en un establecimiento corresponde al patrimonio del territorio? Para precisar lo que significa este término conversamos con dos especialistas: Daniela Serra, jefa del Departamento de Estudios y Educación Patrimonial de la Subsecretaría del Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y la Doctora Carolina Aroca Toloza, académica del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.
Ambas concuerdan en que el patrimonio es un legado cultural, que heredamos de generaciones pasadas, que son resignificadas en el presente y transmitidas al futuro. Por ello la importancia de conocerlo, comprenderlo y salvaguardarlo.
Aroca destaca que el patrimonio debe ser inculcado desde las primeras edades para valorarlo. Por su lado, Serra señala que este “se activa con las preguntas y búsquedas del presente. Por eso es algo en constante transformación”. Así, la escuela, un lugar lleno de aprendizaje y curiosidad, es un lugar ideal para comenzar a hablar de patrimonio.
Uno de las interrogantes que podría surgir es ¿cómo enseñar sobre patrimonio en la escuela? Y es que hay formas muy diversas, algunas muy concretas y otras más inmateriales. La conmemoración de las Fiestas Patrias abre un espacio para conocer y representar tradiciones de los distintos pueblos y territorios de Chile. Sin embargo, es posible ir mucho más allá y transformar este aprendizaje en algo sólido y permanente.
Al respecto, Serra enfatiza que “este puede servir como un objetivo de aprendizaje, un contenido o recurso didáctico. Es una caja de herramientas para procesos de aprendizajes transformadores, significativos, situados y con pertinencia territorial. De ahí el tremendo potencial que tiene el patrimonio en las escuelas, ya que puede cambiar la trayectoria de vida de las personas, al vincularlas con la historia, su identidad, cultura y entorno”.
Complementariamente, Carolina Aroca, menciona que la búsqueda de sentidos favorece la toma de conciencia de la importancia de la conservación, preservación y salvaguardia de la herencia cultural como un bien de todas y todos los miembros de la comunidad. Entonces, comprender por qué estas expresiones son importantes para ellos y ellas en ese espacio que habitan, claramente genera una actitud de cuidado y protección.
El cuidado, la preservación y la pertinencia territorial son tres conceptos que destacan las especialistas por su valor y potencial dentro y fuera de las aulas. A partir de estos es posible apelar al sentido y la identidad de las y los estudiantes.
Experiencias por el patrimonio
En la Escuela Creación de Chillán conocimos al profesor de Historia Max Hernández, quien lleva a cabo el taller de senderismo, donde las y los estudiantes viven una experiencia pedagógica distinta, fuera del aula, en contacto con la naturaleza y con el territorio que habitan. “Hace tres años comenzamos con este proyecto de senderismo y medioambiente, con estudiantes desde 7° básico a 4° medio. La iniciativa ha sido bastante exitosa y cada año se suman al menos 50 estudiantes”, indica el docente.
Las y los estudiantes que participan tienen interés por la biodiversidad, la vegetación, la fauna y la flora, así como también por el cuidado y la preservación del entorno natural. Esta experiencia ha permitido que conozcan el patrimonio natural de su región, en la precordillera, visitando lugares como Coihueco, San Fabián, Pinto, Las Trancas, el Cordón de Coltrahues, entre otros, observando el bosque esclerófilo, pudiendo admirar árboles como el Hualo, Coigüe, Arrayán, Canelo, Avellano, y el Lleuque.
Un aspecto clave a considerar en esta experiencia, es que antes de comenzar cada travesía, aprenden de patrimonio urbano y natural, ya que se trabaja en la enseñanza básica y media. Esto permite que sean conscientes de respetar el espacio y valorarlo. Max Hernández detalla que en cada travesía “recogemos basura, cuidamos de dejar el menor rastro, no sacamos flores o plantas, ni tampoco hostigamos animales o aves”.
Esta experiencia pedagógica es tremendamente necesaria para que niñas, niños y jóvenes, aprendan sobre el patrimonio natural de su territorio y lo protejan, ya que para mí este es la base para que toda comunidad prospere.
En tanto, en la Escuela Básica Rural Numpay de la comuna de Maule, el director Alejandro González y la jefa de UTP, Verónica Soler, lideran desde 2019 un trabajo para valorar el patrimonio cultural inmaterial, a través de la creación de cortometrajes. Por medio de estos, las y los estudiantes relatan historias típicas de la zona (una de las fuentes es un profesor oriundo del sector, quien narra las leyendas o tradiciones).
El primer cortometraje denominado “El Chivato”, da a conocer cómo, gracias a una mina de oro, nació la comuna de Maule. Uno de los últimos cortometrajes es “Uñas sucias”, donde se rescata la alfarería de la zona, que es patrimonio cultural de la comuna y la región. Este cuenta la historia real de un alfarera que llega desde otra ciudad, con el miedo a que se pierda esta práctica y cómo su nieto se involucra en este arte.
“Proyectamos el cortometraje es una especie de alfombra roja, invitamos a la comunidad, autoridades y a todos quienes participaron en el rodaje. En esta última creación entregamos un galvano a las tres alfareras de la comuna para reconocer su labor, lo que fue muy emotivo para las y los presentes”, dice Alejandro González.
Verónica Soler añade que a partir de estos cortometrajes se hace un proyecto de aula con una planificación estructurada y las historias se trabajan desde nivel parvulario hasta 8° básico, vinculando todas las asignaturas. “Este trabajo lo compartimos con escuelas de toda la comuna, para motivar y compartir nuestro patrimonio”, concluye con orgullo.
Si quieres ver los cortometrajes de la Escuela Básica Rural Numpay te invitamos a revisar su canal de Youtube: https://www.youtube.com/@escuelanumpay9238
Dentro de los propósitos está resaltar nuestro patrimonio y que las y los estudiantes desarrollen un sentido de pertenencia con su comunidad, que valoren su identidad y así no perder estas historias que forman parte del patrimonio de la región.